La gente que tenga prejuicios negativos debería recordar de vez en cuando lo bien que sienta librarse de ellos. Cuando crees que algo es feo, malo, aburrido, anodino, etc. etc. y descubres que te equivocas, te alegras. Es mejor desmontar prejuicios negativos, porque cuando desmontas uno positivo, siempre decepciona, si bien quizás quede el consuelo de saber que lo tenías por buena persona, inclinada a pensar bien. Esta breve reflexión tan filosófica me viene al caso por mi percepción de las chinches. Si, si, de las chinches. Yo lo único que sabía de las chinches es que son insectos chungo, que mis mayores me decían que no pisara, porque olían mal si las aplastas. Pero ahora descubro que las chinches pueden ser fascinantes, aterradoras y bellas, si, si, bellas. No sé por qué hemos encontrado un montón de chinches estos días, en los que de nuevo está apretando de lo lindo el calor. No sé si es una cuestión de calendario o de condiciones meteorológicas, pero de pronto, hay un montón de chinches de todo tipo pululando por nuestras plantas.
Lo primero es reseñar la captura (en imagen) del adulto de la chinche vampiro (Zelus renardii), que llevo documentando unas semanas como ninfa. Este bicho es fascinante y terrorífico, como ya he explicado en previas entradas, a las que os remito, por su historia y por su biología. Habiendo visto tantas ninfas, era cuestión de tiempo encontrar adultos. Y es genial poder ilustrar el ciclo de vida de este bicho, de modo que aquí tenéis una serie de imágenes al efecto. Varias de ellas son de Paul.
Una ninfa diminuta
Mas crecidita
El adulto
Y aquí os presento a la chinche verde (Nezala viridula) como posiblemente no la hayáis visto nunca. He aprendido que esta especie también pasa por varios estadios, y los que hemos encontrado en nuestra planta de albahaca son individuos de estadios 4 y 5. Estas son las chinches que apestan como arma defensiva, como las mofetas. Sin embargo, ni a mi ni a Paul nos atufaron cuando les molestamos (ciertamente) para fotografiarlas. El estadio 4 es el mas colorido, bellísimo, como podéis apreciar. Conforme van mutando hasta el estadio adulto, pierden los colores, como se ve en los individuos más verdosos, a los que les queda sólo un vestigio del mosaico colorido en el caparazón. Parece ser que pueden convertirse en plaga, grave para ciertos cultivos, pero no puede negarse que son vistosas.
También encontramos un saltamontes curiosamente bello, posando impertérrito en una rosa. Aún tengo que encontrar su identificación.
Encontramos otros bichos también pero no os aburro más. Están en las galerías que, como siempre, os invito a visitar regularmente.
Saludos!
El problema de los chinches y otros insectos que atacan a las plantas es que además las infectas con virus, así que serán bellos, pero peligrosos. Yo de ti los fotografiaría y después los eliminaría!!!