Muchos de vosotros leeréis esto el día de Navidad como muy pronto. Dejadme pues que os felicite las Pascuas y que os transmita mi deseo de que haya sido una fiesta entrañable y divertida para vosotros y vuestras familias.
Y para enfatizar mi felicitación, me enorgullece compartir con vosotros la música dulce y evocadora de mi hermano Jose, que es un poeta compositor. Acaba de sacar su versión revisada de la parte 8 de su suite «Murcia», y es verdaderamente bella. Se titula «De la noche al alba». No os la perdáis. En su mismo canal de YouTube podréis encontrar las otras piezas de la Suite, que son también deliciosas, un inspirado homenaje a esta tierra luminosa que es la nuestra.
Esta música nocturna nos recuerda que las noches son largas en invierno. Muy largas. En estos días recuerdo lo que era vivir en el norte, donde las horas de luz son todavía más escasas, y no sólo por la latitud, sino por el clima, que nos escondía el sol un día si y otro casi también. Ahora que he vuelto a mi Jardín, no sorprenderá al lector que yo aprecie tanto el esplendor del invierno murciano. De hecho, excepto el verano, que es tremendo, todas las estaciones murcianas son espectaculares. Ahora en invierno se respira un aire de latencia, de reposo. Hay pocos bichos activos, las plantas están mayormente vegetando, si bien este año, con lo templado de las temperaturas diurnas que estamos teniendo, y la poca lluvia, hay algunas que florecen de forma totalmente extemporánea. Podamos las rosas en Noviembre, dejamos prácticamente los tochos, y sin embargo los tenemos echando hoja, todos sin excepción, y algún capullo incluso.
Las plantas florecen para perpetuarse, para producir semilla. Es normal que, con lo listas que son, en un otoño-invierno muy seco como éste, a más de una se le ocurra que o se perpetúa ya mismo o Adiós Madrid. Y sigue sin llover.
Pero si un invierno soleado, templado y seco no le gusta a las plantas, hay que reconocer que para las personas es genial. Salir a pasear por los montes es delicioso. Una puede enfrentarse a las cuestas arriba sin acalorarse mucho. El aire está clarísimo. Así fue que andando desde la Cresta del Gallo al Relojero, pasamos por un punto donde se divisaba el mar, con La Manga en el horizonte.
Fue un descubrimiento para mí, no pensaba que desde lo alto de estos riscos se consiguiese ver el mar. Y es que el aire ha de estar muy limpio para que sea posible.
De vuelta, en un recodo del camino, se divisaba una vista de la Panocha como de perfil, que ilustra muy bien lo acertado de su nombre.
Bajando las cuestas del monte, el sol de invierno navega bajo incluso al mediodía, e ilumina el sotobosque en claroscuros preciosos. No hay luz tan dorada como la de este sol languideciente de diciembre.
Para reponerse de la caminata, nada mejor que un asiático bien hecho, disfrutado al solecico en la terraza de un bar de toda la vida.
Son imágenes que a penas cuadran en época Navideña, pero así es el fin de año en los bosques de Murcia, dorado y ensoñador.
De nuevo, os deseo unas muy felices Navidades, estéis donde estéis.
Precioso texto, preciosas fotos; el mar desde Murcia: un sorpresón, un regalo único… Gracias hermanica ! Feliz Navidad a tí y a Paul.
Gracias Jose, tu música si que es un verdadero mensaje de felicidad. Feliz Navidad de tu fan número uno. Besos a todos!
Bocca aperta! Lingua fuori! Occhi pieni di meraviglia! Orecchie felici! Ecco Fuensanta l’effetto del tuo Navidad de luz! Che le tue/vostre feste fine anno siano sempre a tale insegna.
Wow, grazie Maria, cara! Anch’io ti auguro delle giornate luminose al sole africano delle Canarie, dove ti trovi ancora. Guardando l’immensità dell’Atlántico sicuramente si può contemplare quanto di bello sia a nostra portata in questo mondo, che ancora resiste bravo i nostri impegni di rovinarlo. Possa resistere ancora dei secoli e milleni, per sfruttamento di quelli che ci inseguiranno a meravigliarsi di tanta bellezza e poesia. E magari quei sentimenti ci faranno avvicinarci di piú ai altri, col cuore pieno di giogia e tenerezza. Baci!