En la pérdida de una tocaya desconocida
Una rosa para tí, tocaya. Buen viaje. Acaba de pasar un coche por delante de casa con un megáfono instalado en el techo. No es un evento inusual. El camión del tapicero (Atención, AA-TENCION, señora), nos castiga con su serenata inaguantable muy a menudo. Hoy, sin embargo, se trataba de un mensaje muy distinto el Leer más …